domingo, 29 de marzo de 2020

La Economia Indiscreta*

La ventana indiscreta – distintamirada.com
Quizá como el protagonista de la película La Ventana Indiscreta, intento decifrar el mundo desde la rendija que me deja abierta esta cuarentena, Quizá sea esta cuarentena la que me hace escribir obviedades, pero lo hago a riesgo de quedar como aguafiestas (aunque no hay ninguna fiesta) o agorero de lo que pocos se animan a decir por no quedar fuera de la ola del  #quedateencasa, que recorre todas las senales televisivas y radiales o de aquellos que insultan por las redes a quienes están caminado por alguna calle de mi ciudad sin saber el motivo que lleva a muchas personas el arriesgarse a contagiarse y contagiarnos.
Desde esta ventana veo mi calle, veo mis vecinos y lo primero que veo es que cinco negocios están cerrados y dos abiertos. Los cerrados son dos casas de repuestos, una aseguradora, una peluquería y una distribuidora de insumos. Los abiertos son el almacén y la verdulería, acatando la normativa vigente. 
Haciendo un balance veo que estas empresas cerradas tienen, entre todas, unos 35 empleados que día a día llenaban la cuadra estacionando su coches ( algunos justo al frente de mi garage) y que ya no lo hacen; Que el senor peluquero alquila su local, al igual que dos de las restantes empresas y pienso: Como harán los duenos de dichos emprendimientos para pagar los sueldos y el alquiler a fin de mes si no han vendido nada en estos días? . Del lado de la verdulería y el almacén, apenas dos familias están trabajando intentando la una justificar los precios de las frutas o verduras que se fueron a la luna y la otra viendo como su stock se agota por las dificultades de sus proveedores.
El balance, claro está, me da absolutamente negativo en cuanto a los ingresos de muchos a quienes las medidas impuestas por el Estado no podrán cubrir.
Ese Estado que en este mes y en esta cuadra tendrá un déficit de ingresos importantes ya que las dos senoras que han facturado son monotributistas categoria b o c y las demás empresas que no lo han hecho responsables inscriptos y cuyas declaraciones de ingresos brutos, iva e impuestos municipales van a estar cercana a cero y, por si eso fuera poco,  a los tres monotributistas de la cuadra les tocará posiblemente algún aporte estatal de los previstos o ni siquiera aportarán la cifra pequena que significa el monotributo en comparacion del resto de los negocios vecinos.
Desde mi casa veo además cuantos gastos hemos dejado de hacer en estos días y a quienes afectará este ahorro forzoso. Pienso en la cafetería y sus empleados, en la estación de servicios y sus empleados, en las casas de ropa y sus empleados, en las empresas de transporte y sus empleados y en las casas de comidas que nos salvaban la diaria cuando pedíamos delibery por llegar tarde a casa sin tiempo de cocinar y el balance social me da peor aún en cuanto a los cientos de personas que esta pandemia y esta cuarentena está perjudicando.
Me digo entre el silencio de los autos que ya no pasan,  el incesante #quedate en casa de los medios,  el chupamedismo continuo de los albertistas por las redes y los pronósticos utópicos de los sonadores de izquierda que sólo podemos hacer lo que estamos haciendo, ya que suena razonable esto de que La Salud Está Primero y Después Vemos. 
Pero el Después Vemos llega muy pronto. Si la cuarentena sigue habrá más gente que se va a morir por falta de recursos que por el coronavirus y encima no veo que la curva famosa de infectados haya cambiado algo, ya que apenas son unos pocos los que son testeados y, según las estadísticas son cuatro veces más los que andan por allí sin síntomas y por ende contagiando sin saberlo, aunque sus únicas salidas sea la ir a la farmacia, al cajero o al supermercado.
Me pregunto cuanto saldrá un test de coronavirus masivo para la población, cuantro saldrá testear una ciudad o una provincia completa para, fronteras cerradas mediante, ir liberando territorios para que la actividad vuelva a ser normal auque sea en esos lugares donde por obra y gracia del destino no se presentan casos abundantes. Me pregunto si ese costo no es menor que el de seguir subsidiando sin respaldo económico en una Argentina que no esta fuerte ni organizada para esto que nos sucede pero no tengo las respuestas: Desde esta ventana no puedo hacer proyecciones ni me animo a proponerlo. Apenas puedo #quedarme en casa. 

*Humberto Benedetto

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